Como se explicó en el post anterior la sintomatología de las personas con TDAH se suele atenuar por lo general al llegar a la adultez, pudiendo mantener una vida dentro de lo que se considera socialmente “normal” y con una buena aceptación social. Sin embargo, debemos tener en cuenta que esto será posible con mayor facilidad si se ha realizado un diagnóstico precoz y un buen tratamiento del trastorno. De lo contrario como comentan Ramos-Quiroga et al. en su libro "El TDAH en el paciente adulto", es posible que se hayan afianzado comportamientos y actitudes que no sean adaptativas, siendo mucho más complicado que se reviertan totalmente. En este post hablaremos de los comportamientos desadaptativos que pueden mantenerse en la adultez.
Para comenzar, debemos tener en cuenta que la sintomatología en el adulto es diferente a la que se presenta en los niños. Se suele manifestar con menor intensidad la hiperactividad pero están presentes la impulsividad, inquietud y las dificultades a la hora de concentrarse. Por otra parte, pese a que actualmente se puede diagnosticar el TDAH en esta etapa, los síntomas deberán haber aparecido durante la niñez. Cuando la sintomatología está presente en la adultez puede tener como consecuencias fracasos laborales, consumo de drogas, malestar mental y sufrimiento personal, baja autoestima, relaciones inestables, etc.
Estos síntomas se darían en lo que Ramos-Quiroga et al. llaman el TDAH destructivo, explicando que actualmente con los conocimientos que tenemos no sabemos cual es el motivo por el cual unas personas con TDAH llegan a la adultez totalmente integrados en la sociedad y con un buen rendimiento laboral y social (TDAH constructivo), y, porqué otras llegan a esta edad presentando esta sintomatología. Sin embargo, hace hincapié en el diagnóstico precoz que facilitará que la persona se integre mejor en su sociedad.
Por último, si hablamos del tratamiento por lo general será similar al que se presta en la niñez. Consistirá en terapia psicológica y medicación, el cambio más sustancial es que probablemente al haberse mantenido los síntomas hasta la adultez haya podido surgir otra afección mental comórbida al TDAH que también deberá ser tratada.
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